08 Jun Bastions Ultra 2022
Bastions 2022 ha empezado. Hemos arrancado a las 6:00am, y hemos arrancado bien. He dividido el recorrido, de 70km, en 4 tramos.
El primero, el más corto, de 14km y 1.400m+, termina pronto: había planificado hacerlo en 2h23′, pero lo termino en 2h justas, y me siento fuerte. No obstante decido aprovechar esa ventaja para recuperar un poco de aliento.
El segundo tramo me lleva desde Fontalba hasta Nuria, en 18km y 1..100m+. Hace muchísimo viento y pisamos bastante nieve, pero llego rápido al Puigmal, y sigo adelante cresteando la olla de Nuria.
En Noucreus el trazado no es claro, y me pierdo, desperdiciando un par de minutos, pero no me preocupo mucho y sigo adelante. Este tramo estaba planificado en 3h02′, y en cambio llego en 3h31′, pero llego al ecuador de la competición fresco y fuerte.
Arrancó mi tercera etapa, que me llevará hasta Mainell: el Camí Dels Enginyers será un reto… Pero todo fluye, y en poco rato me vuelvo a colocar por debajo de la media que me había marcado de 8’/km para este segmento, y voy a 7’30″/km. Me pego a un compañero que me ofrece dejarme pasar, pero rehuso: «si no te molesto, voy bien». Y seguimos juntos. Se despega en las bajadas, lo recupero en las subidas. Llevamos 15′ cuando oímos un grito, y al doblar una curva nos encontramos a una chica lesionada, y la socorremos. Tras 10 o 15 minutos, con los bomberos de camino (la evacuarán en ), decidimos seguir adelante. Al principio voy desanimado, un poco triste, pero según avanzamos, ya pillando a compañeros de la distancia Maratón, me siento más optimista, y después orgulloso.
La tercera etapa termina, y me doy cuenta que la batería del @suunto también: he dejado la luz de pantalla encendida todas estas horas .
No se cómo, gano 3 o 4 posiciones y casi sin darme cuenta, llego a Pardines: aquí empieza lo duro. Voy solo, mucho rato, siempre subiendo, hacia el Taga. La subida será dura, pero lo que me aterroriza es la bajada. Paso por una zona con cabras, y veo parir a una en directo, paso justo cuando el pequeño cabrito cae al suelo ¡Bienvenido!
Tras una hora, enfilo a la ascensión final, la cima del maldito Taga ya está a la vista ¡Y dos corredores allí delante! Me animo mucho, y el doy caña. Subo sin descanso, no hay tregua. Los cuádriceps, sobretodo el izquierdo, amenazan con sobrecarga. Duele bastante pero no hago caso, y sigo. Me cruzo con. Una familia, papá, mamá y un chaval de unos 6 anitos. Hace viento, y es un terreno complicado, y estamos casi arriba. Le sonrió al chaval, y le digo «¡tú eres un aventurero valiente!», El enano mira orgulloso a su papá mientras saca pecho. Me hace sonreír, mientras pienso en lo bonito que es transmitirles ciertos valores a los peques.
Llego arriba, y paso el control: «ahora solo 5 km de bajada», me dice el de organización. Miro la bajada y digo: «hubiese preferido seguir subiendo», antes de tirarme abajo.
La bajada es rompehuesos, peor de lo que recordaba, mucho peor. Pero sigo, como puedo.
El corredor que lleva horas a 5 minutos de mi se acerca, cada vez más… Y a mi me da un apretón. Solo faltan unos 3km, y no puedo aguantar más. Me paro y . Mala suerte, Me caza. Corremos juntos un ratito, pero termina por adelantarme. Faltan algo menos de 1km, y el terreno llenes, sube y luego baja… Y en la primera subidita, una subida ridícula, se me va la cabeza. Por un momento vista borrosa. ¡Mal! Afianzo y camino un poco. La cabeza vuelve a su sitio, vuelvo a trotar y luego correr.
Veo a Raúl que me anima al fondo. Cierro los ojos y corro a ciegas, no se porqué. Cuando los abro lo veo a mi lado, sonriéndome ¡Ya lo tienes!
Llego a meta, ¡¡¡Papá!!! Grita Gala. Como siempre, se emociona al verme llegar a meta, ahora ya comprende lo que significa, e intuye lo que conlleva haber llegado y, lo mejor, siente que participa estrechamente de esa victoria que es cruzar la meta.
Me arrodillo, me colocan la y me dejo caer a un lado: y Gala, que estaba observando, me abraza con todas sus fuerzas. «hemos ganado otra medalla papá», me dice al oído. Me siento tan feliz que no lo puedo expresar con palabras.
Recuerdo al «explorador valiente», y vuelvo a pensar en lo maravilloso que es acercarles a ciertos valores, ciertos lugares, ciertas emociones. Esto, lo de hoy, es una de las cosas más importantes que le dejaré: viviremos juntos para siempre en este instante.
Miro a Mariona, que me sonríe mientras señala al crono, con cara de orgullo. 11h43′.
Me siento muy feliz.
21° general.
12° veterano.
1° pinguino
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